BLACK MIRROR – 15 millones de méritos

 

Esta serie está dedicada a diferentes futuros posibles en los cuales la tecnología siempre está presente, aunque los capítulos que nosotros conocemos, no auguran un futuro muy deseable de vivir.

En este capítulo podemos ver como una de las facetas claves es el culto al cuerpo. Todos montan sobre una bicicleta diariamente y, según recorren kilómetros con la bici, van adquiriendo créditos con los que poder comprar cosas que no tienen disponible en el lugar donde se encuentran. Es como una forma de obligarles a hacer ejercicio para que no cojan peso, aunque la comida que reciben se dispensa en máquinas, que ellos pagan con sus créditos, y tampoco se ve que sea una comida alta en calorías. 

Si dejas de hacer kilómetros y comienzas a engordar, es como si te degradaran a un nivel inferior que es el de aquellos que visten un mono naranja, que se dedican a limpiar el lugar donde se encuentran. Además, también les llevan a un juego en el que les obligan a comer y les humillan continuamente. 

Tienen asumido el lugar donde se encuentran, no se revelan y asumen su mundo y su futuro. No esperan nada más, excepto el protagonista, que cambia cuando aparece una nueva compañera. Él se siente atraído por ella y cuando intenta ayudarla para que consiga sus sueños de ser cantante, pagando todos los créditos de que dispone para una prueba, en un programa muy similar al que tenemos en España “Got Talent”, le ofrecen un programa como actriz porno. Ella acepta porque parece que tampoco tiene otra opción. 

El protagonista intenta boicotear el programa, pero cuando llega al escenario le manipulan y le ofrecen cambiar de lugar, una casa mejor y sus propios minutos en la red. 

Son humanos totalmente manipulados, parecen vivir en una especie de granja, todos muy parecidos. No hay ancianos ni niños, deben estar separados por edades, toda su vida controlada sin pocas oportunidades de hacer nada más que lo que los controladores desean. 

Las TICs son muy importantes en esta serie, toda la vida de las personas depende de ellas. Poco a poco nos estamos convirtiendo en esas personas, gran parte de la población mundial está vigilada y controlada por las redes sociales, cambian sus hábitos, sus formas de vestir e incluso su forma de pensar por la información que les llega a través de las TICs. 

Tenemos que impedir que lleguemos a vernos como en la película, tendremos que hacer conscientes a las próximas generaciones de las posibilidades y peligros de las TICs.